lunes, 17 de febrero de 2014
Chris Marker - Alain Resnais, "Las estatuas también mueren" (1953)
Esta es la segunda obra fílmica de Chris Marker (1921 – 2012), director francés que centró su trabajo en la producción documental, pero también reconocido por La Jetèe, un cortometraje de ciencia en ficción que sirvió de inspiración a Terry Guilliam para su película Doce monos; algunos le atribuyen a Marker la creación del documental subjetivo, debido a que en sus obras el texto (con tono de ensayo o disertación) tiene tanta o más importancia que las imágenes. Por su parte, el codirector de este documental, Alain Resnais (1922), hizo parte de la línea experimental de aquella generación francesa (Nouvelle vague) que luchó para liberar sus producciones audiovisuales del peso literario que se imponía en el cine francés de la época y para alcanzar la libertad de expresión y técnica en sus producciones.
Las estatuas también mueren es, en últimas, una gran declaración anticolonialista que aborda el tema del arte africano para llevarnos a reflexiones más profundas sobre el sometimiento cultural de los pueblos, la imposición comercial y el eurocentrismo propio de los países colonialistas.El documental se caracteriza por el empleo de una voz en off que pareciera leernos un corto ensayo sobre el destino de las piezas de arte de aquellos pueblos que no se encuentran inscritos en las dinámicas y las tradiciones occidentales, que son las de aquellos que ejercen el poder en territorios ajenos e ignoran el contexto y la tradición de estas obras que terminan, al parecer inevitablemente, decorando las vitrinas de los museos europeos y los bazares de artesanías para turistas, porque, ante los ojos del espectador occidental, la única razón de ser de estas piezas es el placer estético o la curiosidad que lo «exótico» le produce.
La voz en off, propia del estilo de Chris Marker, se hace ausente durante algunos momentos del documental para dar paso a la música que crea espacios de contemplación y reflexión para el espectador. Así mismo, las secuencias de imágenes empleadas actúan como complementos para los distintos momentos argumentativos del Las estatuas también mueren. De hecho, podemos diferenciar tres momentos en el carácter de las imágenes, el primero se centra en las obras como tal y su estado de reposo en vitrinas; durante el segundo, vemos escenas de la vida cotidiana de los pueblos africanos que crean estas piezas; y en el tercero, el choque de las culturas, que según Marker y Resnais terminan por vaciar de contenido, no solo las nuevas formas de arte africanas influenciadas por occidente, sino también a los elementos propios de los países colonialistas, como el catolicismo en este caso, al intentar adaptar algunas características locales.
Al ver este documental, queda claro que la búsqueda de Resnais y Marker era fortalecer una posición política a partir de la imagen, no se trataba de enfatizar y llevar hasta el espectador el proceso creativo de las piezas de arte, las danzas rituales (de las que se muestran algunos segundos) o las condiciones que vivían las colonias francesas en detalle, sino de mostrarle al público de qué estaban hablando, es decir, la imagen en este caso no se presenta como un elemento de estudio ni como algo autónomo, se trata de una herramienta que permite ilustrar un discurso concreto que nos llega a través de la voz en off.
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