En los antiguos tiempos
hubo una edad dorada
hubo una edad dorada
en que la paz, la dicha
y buena fe imperaban.
Entonces las verdades,
tal como son de claras,
los hombres se decían
sin frases rebuscadas.
Dichosos, felicísimos
en la inocencia, es fama
que siempre por su nombre
las cosas se llamaban.
Todo era paz, concordia,
venturas y abundancia;
todo era amor, llanezas,
sinceridad preciada.
Pero pasó aquel tiempo
de sencillez tan rara;
pasó aquel tiempo, y se hizo
ya la verdad amarga.
y buena fe imperaban.
Entonces las verdades,
tal como son de claras,
los hombres se decían
sin frases rebuscadas.
Dichosos, felicísimos
en la inocencia, es fama
que siempre por su nombre
las cosas se llamaban.
Todo era paz, concordia,
venturas y abundancia;
todo era amor, llanezas,
sinceridad preciada.
Pero pasó aquel tiempo
de sencillez tan rara;
pasó aquel tiempo, y se hizo
ya la verdad amarga.
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