"Cada uno de nosotros ha llegado a ser lo que han querido las circunstancias, la exigencia de los precedentes, de la educación, la fatalidad del oficio. Ha sido necesario sacrificar bastante a la posición, a las necesidades de la familia. Y así el hombre interior, a menudo muy distinto y mucho más grande, queda en el fondo, casi ahogado. En la monotonía de la vida vulgar donde todo eso duerme, una vaga tristeza acusa las sordas reclamaciones de ese otro, de ese yo mejor".
MICHELET, Jules, "La mujer", Mx., FCE, 1985, pp. 138-139.
No hay comentarios:
Publicar un comentario