Francisco José de Goya y Lucientes (1746-1828)
Existen dos conjuntos de artístas, los que se inspiran directamente en los objetos o los modelos que les ofrece el mundo exterior y los que proyectan, de un mundo interior, los fantasmas de que su imaginación está poblada. Goya es a la vez el más realista de los maestros objetivos y el más fantástico de los subjetivos soñadores.
Eugenio D`Ors, El Arte de Goya", Madrid, Aguilar, 1946, p. 109
Goya reflejó a través de su pintura la sociedad en que vivió. Su arte cubre el momento más brillante de la Ilustración española, la etapa crítica condicionada por el impacto indirecto de la Revolución Francesa, la fase inicial del ciclo revolucionario liberal y la primera Restauración.
Su obra abarca desde escenas costumbristas, al retrato de monarcas, personalidades de la época, la crueldad de la guerra de Independencia y de la Inquisición vigente en España.
En 1819, adquiere a orillas del Manzanares, en Madrid, la que se llamó La Quinta del Sordo. En las paredes del comedor y del salón principal pintó las tenebrosas y sombrías Pinturas Negras. En ellas se advierte que el artísta pintó cuando y como quiso, para sí mismo, sin necesidad de ofrecer su obra a otros. Esto le permitío trabajar con gran libertad y en algunos casos iniciar unos paisajes alegres y coloristas transformandolos luego al pintar encima.
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